martes, 9 de septiembre de 2008

Gato Muerto


Gato muerto caminaba / arrastraba buscando a su agresor, Gato muerto era ahora mas que nunca la apología de su nombre, mandíbula colgante, costillas flotantes destrozadas, un ojo perdido y sobretodo un orgullo pálido y aniquilado al ver sobrepasado por una agresión sus siete vidas restantes.

Gato muerto odia, Gato muerto, arrastra su cola y su cuerpo, Gato muerto llora, él no comprende, él jugaba, él caminaba seguro; él, el engreído que sobaba su cuerpo en los dulces sillones de la casa bajo la aprobatoria mirada de los Milovski, sobre todo de él, el pequeño de gorra roja; él, que lo cargaba; él, que sin razón ni motivo alguno lanzó la primera piedra hacia lo que era suyo y completó, ante la mirada de alegría y hurras de sus amigos - en mitad de la pista - la extracción de un ojo a base de palitos de chupete.... ¿Eso es amor? ¿Eso es querer?, ¿Así aman los hombres?

Gato muerto se moja bajo la lluvia y contempla al pequeño detrás de la ventana, está de espaldas frente a la chimenea, sus ropas aún gotean, observa que su respiración va rápida, agitada y escucha un sollozo, un hilo de lamento que se escapa por sus labios... el remordimiento lo destruye - pensó, acompañado de un movimiento de cola – perfora y arruga su pequeña alma, ahora que me mire – pensó el gato del ojo colgante – y extrayendo las únicas tres garras que le quedaban hizo sangrar la ventana...

Había algo que Gato muerto no recordaba - la ventana se abrió- el palito de chupete introduciéndose en su córnea, las manos del niño aplastándole las patas, el palito despegándole la sustancia acuosa, rompiéndole las garras, los pensamientos y sentimientos encontrados - pero había algo que aún no descifraba- y estaba detrás del niño que aún goteando mantenía el hilo del lamento, sin la gorra roja, con las manos sucias, con los codos raspados, con la camiseta ensangrentada.........

Gato muerto: ¿Por que lo hiciste?
Niño: (aun de espaldas, sin dejar de llorar) Los gatos no hablan

Y recordó las luces, el sonido de frenos, su sonrisa punzante ante la cara del torturador, el golpe caliente de los cuerpos, el aire mojado que los aterrizo a 10 metros del pavimento, luces, gente corriendo, recordó el abandono total y entonces comprendió...

Gato muerto: (manteniendo una sonrisa en el hocico) los gatos solían no hablar.


S e r g i o

2 comentarios:

Anónimo dijo...

:o
¡Qué quemado!

bravazo

Anónimo dijo...

Ya ENTENDI!
luego de 20 leidas, estaban muertos! los atropelló el carro! jaja que chevere.

Giovi